sábado, 4 de abril de 2009

Extra Rosalie - 1º parte

Aquí esta la 1º parte de unos de los extras que comente iba a traducir... los pongo en dos partes pq es algo largo

Si quereis podeis copiarlo, no me importa, pero por favor decirmelo, para comprobar que el tiempo y el esfuerzo dedicado no es en vano y alguien está minimamnt interesado en esto... gracias

Nana



El móvil estaba en mi bolsillo vibrando otra vez. Era la vigésimo quinta vez en veinticuatro horas. Pensé en abrir el teléfono, por lo menos ver quien estaba intentando contactar conmigo. Quizás fuera importante. Puede que Carlisle me necesitara.

Pensé en ello, pero no me moví.

No estaba precisamente seguro de donde me encontraba. Algún espacioso y oscuro ático, lleno de ratas y arañas. Las arañas me ignoraban, y las ratas me daban una amplia litera. El aire

El aire era espeso con los olores pesados de aceite de cocina, carne rancia, sudor humano, y la capa casi sólida de contaminación que era en realidad visible en el húmedo aire, como una negra película sobre todo. Bellow me, four stories of a rickety ghetto tenement teamed with life. Por debajo mía, cuatro tambaleantes pisos de un gueto. No me molesté en separar los pensamientos de las voces – ellos hacían un gran y ruidoso clamor español que no escuchaba. Simplemente dejé los sonidos rebotar en mí. Sin importancia. Nada tenía importancia. Incluso mi existencia era sin sentido.

El mundo entero era sin sentido.

Presioné mi frente en mis rodillas, e imaginé cuanto tiempo sería capaz de aguantar así. Quizás fuera esperanzador. Quizás, si mi intento estaba de todos modos condenado al fracaso, debería parar de torturarme y simplemente volver…

La idea era tan poderosa, tan cicatrizante – como si las palabras contuvieran un poderoso anestésico, limpiando la montaña de dolor bajo la que estaba enterrado – que me hizo jadear, me mareó.

Podría dejarlo ahora, podría volver.

La cara de Bella, siempre detrás de los parpados de mis ojos, sonriéndome.

Era una sonrisa de bienvenida, de perdón, pero no tenía la influencia que mi subconsciente probablemente pretendía que tuviera.

Por supuesto no podía volver. ¿Que era mi dolor, después de todo, en comparación con su felicidad? Ella debería ser capaz de sonreír, libre de miedos y peligros. Libre de un futuro sin alma. Merecía algo mejor que eso. Merecía algo mejor que yo. Cuando dejara este mundo, iría a un lugar que estaría vetado eternamente para mí, no importa como yo dirigiera mi vida aquí.

La idea de esta separación final era mucho más intensa que el dolor que ya tenía. My cuerpo tembló por ello. Cuando Bella fuera al lugar al que pertenecía y que yo nunca iría, yo no me quedaría atrás aquí. Debe haber olvido. Debe haber descanso.

Esa era mi esperanza, pero no existían garantías. Para dormir, quizás soñar, me dije a mi mismo. Incluso cuando estaba ardiendo, ¿podía de alguna manera seguir sintiendo la tortura de su perdida?

Me estremecí otra vez.

Y, maldita sea, lo prometí. Le prometí que no me entrometería en su vida otra vez, trayendo mis negros demonios. No iba a echar atrás mi palabra atrás. ¿No podía hacer algo correcto por ella?

La idea de volver al pequeño y lluvioso pueblo que podría ser siempre mi hogar en el planeta serpenteaba en mis pensamientos otra vez.

Solo para observar. Solo por saber que ella estaba bien, a salvo y feliz. No para interferir. Ella no tendría porque saber que estuve allí…

No. Demonios, no.

El teléfono vibro otra vez.

“Maldita sea, maldita sea, maldita sea” gruñí.

Podría emplear la distracción, supuse. Encendí el teléfono y registré el número con el primer sobresalto en medio año.

¿Por qué Rosalie me llamaría? Era la única persona que estaba probablemente disfrutando mi ausencia.

Debe haber algo realmente mal si ella necesita hablar conmigo. De repente me preocupé por mi familia, golpeé el botón para responder.

“¡Qué!” Respondí con voz tensa.

“Oh!, wow. Edward contestó el teléfono. Me siento honrada.”

Tan pronto como escuché su tono de voz, supe que mi familia estaba bien. Debe estar sólo aburrida. Era difícil adivinar sus motivos sin conocer sus pensamientos como guía. Rosalie nunca tuvo mucho sentido para mí. Sus impulsos estaban usualmente basados en las lógicas más complicadas.

Apagué el teléfono.

“Déjame solo,” le susurré al teléfono.

Por supuesto el móvil vibró otra vez.

¿Seguiría llamando hasta que me diera cualquier mensaje que tuviera preparado para molestarme? Probablemente. Llevaría meses para ella cansarse de ese juego. Jugué con la idea de dejarla rellanar por el siguiente medio año… y luego suspiré y respondí el teléfono otra vez.

“Termina con esto”

Rosalie apresuró sus palabras. “Pensé que te gustaría saber que Alice está en Forks.”

Abrí los ojos y miré las vigas de madera podrida a tres pulgadas de mi cara.

“¿Qué?” mi voz estaba desinflada, sin sentimientos.

“Ya sabes como es Alice, piensa que sabe todo. Como tú.” Rosalie rió sin humor. Su voz tenía un tono nervioso, como si estuviera repentinamente insegura sobre lo que estaba haciendo.

Pero mi rabia me hizo duro preocuparme por el problema de Rosalie.

Alice me había jurado que no seguiría mi ejemplo en consideración a Bella, incluso aunque no estaba de acuerdo con mi decisión. Ella prometió que dejaría a Bella sola… tanto como yo lo hiciera. Claramente, había pensado que me quebraría ante el dolor. Quizás tuviera razón sobre esto.

Pero no lo había hecho. Aun no. Así que ¿Qué estaba ella haciendo en Forks? Quería retorcer su delgado cuello. Pero Jasper no me dejaría acercarme tanto a ella, una vez ella tuviera una idea de lo fuera de mí que estaba por la furia…

“¿Aún estás ahí Edward?”

No contesté. Apreté el puente de mi nariz, imaginando si era posible para un vampiro tener una migraña.

Por otro lado, si Alice ya había vuelto…

No. No. No. No.

Hice una promesa. Bella merecía una vida. Hice una promesa. Bella merecía una vida.

Repetí estas palabras como un mantra, tratando de limpiar mi mente de seductivas imágenes de la oscura ventana de Bella. La entrada a mi solitario santuario.

No había duda de que tenía que arrastrarme, si fuera a regresar. Eso no me importaba. Felizmente pasaría la próxima década de rodillas si estuviera con ella.

No, no, no.

“¿Edward? ¿Ni siquiera te importa que hace Alice allí?”

“No especialmente.”

La voz de Rosalie se volvió dulce y presumida, complacida, sin duda, como si hubiera forzado una reacción en mí.

“Bien, por supuesto, ella no está rompiendo las reglas exactamente. Quiero decir, tú sólo nos advertiste sobre estar lejos de Bella, ¿correcto? El resto de Forks no importa.”

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